martes, 25 de mayo de 2010

LA ESCARAPELA ALUCINADA

Doscientos años después, un país fracturado en dos: cerca del obelisco, el homenaje al cine y el simulacro de la cultura pop-ular ante un pueblo-público que confunde participación con la experiencia vicaria de mirar la pantalla y escuchar las voces de la radio y la TV; a pocas cuadras el Colón, con invitados especiales seleccionados a dedo y un derroche de caras plastificadas al uso nostro. Se preparan para asistir desde el interior burgués a un espectáculo que denuncia su condición de pura fachada culturosa a los que lo miran de afuera. Como siempre en la cocina del poder, están los que deciden a quién le toca el plato de autor o la olla popular, de todos modos no importa, los comensales de uno y otro ágape serán pocos.

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